¿Quién hace inteligentes a las ciudades?

¿Realmente el “todo inteligente” nos hace más inteligentes y poderosos?

Estamos moldeando nuestras ciudades, incorporando los nuevos comportamientos, hábitos, tendencias y, ¿cómo no?, la tecnología. Nuestra intención es hacer de la ciudad un sitio cómodo para vivir y trabajar, en esto las tecnologías de información y comunicación están introduciendo grandes cambios en cómo percibimos la ciudad y qué esperamos de ella. Las llamadas ciudades inteligentes ya no son una novedad sino necesidad para optimizar en el consumo energético de todos los elementos que constituyen la ciudad, para mejorar el tráfico, relaciones entre el ciudadano y la administración e incluso entre los ciudadanos mismos.

La tecnología, por tanto, juega un papel fundamental para que todos los elementos estén interconectados y se relacionen con facilidad. La tecnología, al parecer, dota de inteligencia las cosas que nos rodean: se optimiza la climatización en los edificios, se controla la eficiencia energética en general, se reduce la generación de residuos, los asuntos administrativos se gestionan on-line. Como resultado, los ciudadanos están más contentos y se involucran más con los servicios municipales aprovechando de la comunicación bidireccional. Y son solo algunos ejemplos de lo que podemos disfrutar en una ciudad inteligente.

Una ciudad inteligente debe ser inteligente desde la visión holística. Se tiene que poder contestar a las preguntas como las que van a continuación: ¿es posible adaptar las configuraciones arquitectónicas a nuevos espacios inteligentes? – ¿qué medidas reales se ofrecen para optimizar la movilidad urbana? ¿son suficientes? – ¿podemos controlar el consumo energético y ofrecer mejoras? – ¿soporta la red de telecomunicaciones digitales la nueva demanda de la ciudad inteligente? – ¿es posible tener una conexión de datos de calidad en cualquier parte de la ciudad? – ¿qué programas y estrategias activan los lugares inteligentes?.. y muchas más… Una smart city es una macro comunidad en red que trata de hacer la ciudad más saludable y sostenible.

En este contexto también es necesario hablar de la transparencia que genera más credibilidad y confianza para el cualquier usuario de la ciudad. La posibilidad de acceder a datos transformados en datos abiertos es muy atractivo para el ciudadano porque le facilita la gestión y le ayuda en la toma de decisión. Es todo lo contrario a lo que la burocracia nos ha acostumbrado durante tantos años: lentitud, poca fiabilidad, oscurantismo de los datos públicos, resistencia a la innovación y en la implementación de la tecnología (en otras palabras, “tecnofobia”), etc. (Newsom & Dickey, 2013)

Una ciudad verdaderamente inteligente apuesta por un proceso colaborativo que es posible dentro de un diseño que prevé la relación desde arriba hacia abajo (incluso bidireccional) y nunca desde arriba hacia arriba. Esto es una muestra más que la ciudad es un “organismo vivo” en continua evolución.

¿Realmente el “todo inteligente” nos hace más inteligentes y poderosos? La ciudad inteligente es un súper núcleo con un diseño sofisticado que es capaz de autogestionarse, pero aquí precisamente reside la criticidad y vulnerabilidad de esta red. Los elementos están altamente interrelacionados centralizando toda la información lo cual es un claro beneficio para los ciudadanos. Pero se nos ha olvidado, consciente o inconscientemente, prever el impacto que esto genera. (Townsend, 2014). Los tiempos modernos, sobre todo con la imposición de la Internet y la inmediatez de acciones y cosas, aceleran el pulso y nos exigen a adaptar instantáneamente nuestro mundo urbano al entorno digital que es la prolongación del mundo real en el que vivimos. Pero hay que tener respuesta a las preguntas incómodas: ¿Hay algún plan de contingencias en caso de un colapso o caída de alguno de los elementos o de la red entera? ¿Se va a solucionar llamando al proveedor de tecnologías sin más?

También tenemos que tener en cuenta los distintos roles de usuarios que desempeñamos dentro de la ciudad: ciudadano, empresa, comercio, banco, administración… Es una perspectiva global que hay que adoptar para asegurar el buen funcionamiento de la ciudad (algo que la tecnología por sí sola no es capaz de hacer). En otras palabras, se trata de un entorno democrático que también hay que seguir conservando en una ciudad inteligente.

Para controlar algo que es inteligente tenemos que ser más inteligentes: tenemos que decir a las máquinas cómo queremos que nos faciliten la vida realizando algunas tareas o avisando sobre algo que ha pasado y ofreciendo alternativas. Pero la decisión, la tomamos nosotros – somos la ciudad y la hacemos inteligente entre todos.

Newsom, G., & Dickey, L. (2013). Citizenville. How to take the town square digital and reinvent government. NY: Penguin Press.

Townsend, A. (2014). Smart Cities: Big Data, Civic Hackers, and the Quest for a New Utopia. NY City: Norton & Company.

Centros de control – ¿Para qué nos sirve centralizar la información?

¿Qué provecho podemos sacar a los Centros de Monitorización? Centralizando la información, obtenemos mejor visión de la realidad que queremos entender.

La monitorización de datos es un paso importante a la hora de entender distintos comportamientos de los parámetros, funcionamiento de los activos y condiciones externas que impactan en el rendimiento de las máquinas y otras instalaciones, entre otras cosas. Es la toma de conciencia sobre la realidad que rodea los procesos de una planta industrial o estación de monitoreo, y también una sólida base sobre la cual podemos construir diagnóstico y diseñar modelos preventivos.

Una planta industrial o estación puede requerir integrar grandes volúmenes de información desde diversos sistemas cuyos resultados se transfieren al centro de monitorización, sobre todo, si se trata de varias instalaciones individuales cuya supervisión se pretende centralizar desde un único lugar. El centro de monitorización está pensado para la integración de datos desde diferentes puntos de medición y para la gestión remota desde un punto de vista de supervisión global.

CIC acumula más de 10 años de experiencia en torno a la captura de datos y monitorización inteligente a través del sistema IDbox, el cual hace que cada proyecto de este tipo genere un valor añadido y continuado al negocio. El sistema IDbox, instalado tanto a nivel individual como centralizado, posibilita que las mediciones realizadas de forma automática y manual (resultados de inspecciones) en las plantas o estaciones de monitoreo se almacenen en las bases de datos correspondientes y se procesen de acuerdo con las reglas de negocio y cálculos definidos. Desde el centro de monitorización los usuarios acceden a esta información a través de una cómoda visualización en forma de gráficas, cuadros de mando, informes, sinópticos, mapas, etc., adaptados, de forma individual y autónoma a las necesidades de visualización de los usuarios.

El centro de monitorización se asocia con la inmediatez (datos en tiempo real), flexibilidad (posibilidad de conectarse desde cualquier lugar y dispositivo) y facilidad (acceso rápido a los datos históricos), pero sobre todo, con la confianza y seguridad en que la coordinación y gestión sean muy efectivas. El valor de la captación de la información reside en la capacidad del sistema generar los datos agregados que permiten el análisis centralizado del funcionamiento de la planta o estación. Por lo que observamos, la monitorización está diseñada para distintos tipos de usuario y necesidades y también para distintos niveles.

Para solventar las cuestiones de operación, es suficiente monitorizar en cada instalación individual (aunque se puede acceder a este nivel desde el Centro también). El centro de monitorización, sin embargo, está pensado más para los grupos de expertos que supervisan los datos combinados y, gracias a diversas herramientas de análisis aplicadas a los datos obtenidos, pueden proponer mejoras en el rendimiento de las máquinas, asegurar paradas de mantenimiento programadas más cortas y menos costosas, disminuir riesgos, realizar un análisis predictivo, detectar y pronosticar situaciones anómalas, etc.

La gestión de alarmas es un módulo que merece una especial atención. Está necesariamente ligado a la generación de notificaciones que, al igual que alarmas, son configurables. ¿De qué nos sirve ver los valores sin saber si ello asegura el correcto funcionamiento de las instalaciones? Es a lo que se refiere una monitorización inteligente – avisar antes de que algún parámetro sea considerado crítico. Hacerlo en las pantallas del Centro es el primer paso pero no el único. Pensamos que todos los responsables de ciertas instalaciones, plantas o estaciones, deben estar informados sobre estas situaciones indeseables. Para esto se ha previsto el módulo de notificaciones que manda los avisos a los usuarios vía E-mail, mensaje, teléfono, etc., lo que permite agilizar la gestión y puesta en marcha del plan de contingencias.

Disponer de los datos centralizados es un avance para cualquier organización porque permiten un seguimiento permanente y optimización del funcionamiento de las instalaciones y aportan un mayor conocimiento de todos los objetos bajo supervisión.

Se puede sacar el máximo provecho del entorno centralizado enfocándolo no solo para la monitorización y análisis sino para la formación efectiva del personal a través de simuladores. Potenciando el uso de datos centralizados, apostamos por el aprendizaje continuo, máxima optimización y aprovechamiento de recursos.